viernes, 10 de julio de 2009

Hasta luego, Libertad

Retomo hoy el hilo de este blog curiosamente con una despedida. Hoy se apaga el micrófono de Federico Jiménez Losantos en la cadena COPE. No me toca a mí ahora analizar los porqués, los dimes y diretes de la cuestión accesoria, a mi entender: la causa de la ruptura COPE-FJL. No es eso lo que me motiva a escribir estas líneas, pues poco o nada puedo aportar a los innumerables rumores e hipótesis sobre la cuestión, insisto, menos importante.

Lo que de verdad me importa, es una manera de hacer periodismo, y un intelectual metido en la jungla periodística que me ha acompañado durante muchos años, primero mientras el día tocaba a su fin, y después al despuntar el alba. Para mí, más allá de las circunstancias, de las coyunturas políticas del momento, están valores como la valentía, la defensa de la Libertad, y la defensa de España, lo que viene a ser, hoy en día, la misma lucha. Y ahí, don Federico no tiene parangón con ninguno de los ilustres periodistas que pueblan nuestra piel de toro.

Se podrá estar de acuerdo con FJL siempre, a veces, nunca, o casi nunca. Pero lo que jamás nadie podrá negarle es su independencia. Jamás podrá negársele su valentía, y jamás podrá negársele su coraje en la defensa de aquello en lo que cree: España y la Libertad, o la Libertad y España, lo que para muchos de nosotros, liberales y españoles, viene a ser una redundancia.

FJL ha acometido una tarea hercúlea en defensa de un periodismo independiente, quijotesco a veces, un aldabonazo diario en las conciencias dormidas de los ciudadanos españoles, un golpe de espuela al caballo de la democracia, a veces dormido y rumiante, para que ejercite sus músculos y no se debilite.

Pero ha conseguido algo todavía mejor: el apadrinamiento de un movimiento liberal y español, con una base intelectual sólida, defendida por una nueva generación de analistas, periodistas, economistas, abogados, etc, que sin duda germinará tarde o temprano en beneficio de los ciudadanos españoles.

Al final, FJL no ha hecho otra cosa que mantener vivos los cimientos de cualquier sociedad abierta, de cualquier democracia que se precie de serlo. Porque la democracia no es el consenso por el consenso, no es la defensa de distintos valores según las coyunturas o las encuestas, no es la ausencia de debates ideológicos, no es la defensa de instituciones (Ayuntamientos, Comunidades, Partidos) por encima de las personas. La democracia es discrepancia, es poder limitado, es igualdad de oportunidades, es estado de derecho, es, en definitiva, Libertad.

Por eso hoy, el día en que FJL deja la casa de la COPE para emprender un nuevo camino, es justo reconocer que, se compartan con él las ideas o no, Federico es una persona necesaria, vital, para mantener vivo el debate, para asaetear las conciencias y para recordarnos a todos valores como la valentía, la independencia, la discrepancia, y la libertad de expresar en público lo que una buena parte de la ciudadanía piensa y no puede permitirse el lujo de decir. FJL es una voz libre, y como tal, debe protegerse. Porque en la medida en que en una sociedad existan voces libres, controvertidas, la sociedad será más viva, más participativa, menos controlable, en fin, más democrática.

Yo personalmente le deseo toda la suerte del mundo. A la Libertad no se le dice nunca adiós, si acaso, contra nuestra voluntad, hasta luego. Porque si se da la batalla por ella, siempre vuelve. En eso estaremos. Siempre.


Salud y Libertad

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