miércoles, 23 de diciembre de 2009

Evitemos un error histórico

Las teorías de libre mercado, y limitación del poder político, nacidas del escepticismo y la desconfianza hacia los efectos de la acumulación sin control de poder por personas o instituciones, son vistas con malos ojos por dos tipos de políticos:

1.- Los conservadores buenistas: aquéllos cuya ingenuidad no les permite ver qué hay de malo en unas instituciones fuertemente intervencionistas que "corrijan" al mercado con valores “superiores” (“Facer país”, “pensar en Galicia”). Tienden la mano a sus adversarios, haciéndoles concesiones, e ignorando que la resultante acumulación de poder puede volverse contra ellos cuando quienes les sucedan la utilicen para perpetuarse en el gobierno.

2.- Los socialistas y nacionalistas, que, con pleno conocimiento, saben que la acumulación de poder los hace intocables y les garantizará su permanencia en el poder cuando caigan los primeros.

Lo anterior viene a colación de lo que está a punto de suceder en Galicia. Si la información que vienen filtrando los medios de comunicación sobre la futura e inminente Ley de Cajas es veraz, es decir, si la futura ley, como se viene anunciando, opta por un intervencionismo radical, por un control férreo de las Cajas por parte de las mayorías parlamentarias, con requisitos como “autorizaciones previas” de la Xunta para realizar inversiones, “promoción del gallego”, capacidad de “veto” de la Xunta sobre cualquier alianza “foránea”, si se opta por un modelo de banca nacional pública encubierta, el desastre está asegurado. Si la mayor entidad financiera de Galicia no se rige por criterios de mercado, sino por criterios políticos, la libertad económica en Galicia, y por consiguiente, la libertad política, estará en peligro.

El supuesto pacto contra/natura de populares y nacionalistas se volverá, tarde o temprano, contra los primeros y garantizará a los segundos, en un futuro gobierno, un poder que pone los pelos de punta. Nuevamente se cometerá otro ERROR HISTÓRICO. Los populares dejarán un arma legal perfectamente cargada para que vengan los nacionalistas, en un plazo que está por ver, a dispararla en cuanto “toquen poder”. Si tenemos en cuenta que el gobierno de la Xunta se dirime para los populares en un estrechísimo margen de votos que le otorga la mayoría absoluta (sin ésta no podría gobernar en Galicia), el peligro es todavía más real.

¿Se imaginan un futuro gobierno del PSOE y el Bloque Nacionalista Gallego con un control férreo y por decreto de la mayor entidad financiera de Galicia? ¿Se imaginan cómo utilizaría el BNG o PSOE temas como “autorización previa” para financiar entidades o personas físicas?¿Se imaginan cómo utilizaría el BNG algo como la “promoción del gallego”? ¿Y la capacidad de veto?

Pues exactamente de la misma manera que el BNG utilizó la nefasta Ley de Normalización Lingüística aprobada por el PP para imponernos no sólo el gallego, sino una visión nacionalista de Galicia que nadie tiene el valor suficiente de combatir abiertamente hoy en día. Porque la aprobación de una Ley de Cajas intervencionista, que otorgue el poder absoluto a la Xunta de Galicia sería un error histórico de la misma magnitud que la liberticida LNL. Mal asunto si piensan, como hace veinticinco años, que promocionando el “Galleguismo”, se podría contener el “Nacionalismo”. Al final, después de tantos años de “tutela”, resulta que se hace muy difícil discernir en qué se diferencian ambos.

En el tema de las cajas, no repitamos otro error histórico. Limitemos el poder político hoy para evitar el totalitarismo mañana. Menos política en las cajas y más derechos de propiedad y mercado.


Salud y Libertad

lunes, 21 de diciembre de 2009

English? No, thanks

Después de tanto y tanto "ruido mediático" durante la campaña electoral del pasado mes de marzo en Galicia, en la que miles de ciudadanos miraron al PP como última esperanza contra la imposición lingüística. Después de la expresa y rotunda promesa electoral del hoy presidente de la Xunta, Don Alberto Núñez Feijóo, en la que se aseguró la libre elección de la lengua vehícular en la escuela a través de la matrícula, dejando la decisión en manos de los padres de las criaturas. Después de ésto, digo, resulta que todos estábamos equivocados. De lo que se trataba no es de ejercer nuestras libertades, no. De lo que se trataba era…¡de aprender inglés! ¡Toma ya! Si no teníamos suficiente con la imposición del gallego, ahora....tendremos la del inglés.

No era éste el problema, no. El problema era, y me temo que sigue siendo, la falta de Libertad. Porque la misma imposición es obligar a nuestros hijos a aprender matemáticas en gallego, que en inglés...o en español. De lo que se trata aquí, señores, es de que nuestros niños estudien y aprendan las materias en la lengua oficial en la que mejor las comprendan. Porque de lo que se trata es de FACILITAR EL APRENDIZAJE a nuestros niños, no ENTORPECERLO. Cuando se trata de aprender matemáticas, geografía, biología, etc, se trata de eso: de COMPRENDER las materias, nunca de aprender un idioma A COSTA DE DICHAS MATERIAS.

Una medida como la de la imposición del inglés, delata una manera de hacer política inquietante. La consigna de que lo que realmente necesitan nuestros hijos es "hablar inglés" supone la suplantación por la Administración de la decisión de los padres sobre la formación de sus hijos. Y me explico: aquellos padres que, en efecto, consideren que sus hijos deben aprender inglés, que lo aprendan. Así lo hemos aprendido muchos. Pero es una elección DE LOS PADRES, de la misma manera que si quieren que sus hijos estudien música, lenguaje más universal que todos los idiomas juntos, pueden optar por ello, pero ¿debemos por ello obligar a los pequeños a dar las matemáticas cantando “a capella”? Nadie en su sano juicio lo defendería.

La única competencia de la administración es GARANTIZAR LOS DERECHOS de los padres a elegir la formación de sus hijos. Lo demás es puro SOCIALISMO. En el fondo de toda esta política, subyace la idea de que sólo el Estado "sabe lo que es mejor para los ciudadanos". Pobrecitos padres gallegos castellanohablantes, ¡mira que pensar que es mejor que aprendan matemáticas, geografía o biología que gallego o inglés! Hay que ver qué poco saben los padres lo que es mejor para sus hijos...¡menos mal que nos queda "Papá Xunta" para que los "enderece", léase, "normalice"...¡cómo se les ocurre a algunos reivindicar EN ESPAÑA la posibilidad de una enseñanza en español, esa lengua que sólo hablan 400 millones de personas y todos los ciudadanos más allá de Piedrafita! ¡Habráse visto semejante ignorancia!

Y en esas estamos. Mal camino llevamos si nuestros políticos no se fían de sus ciudadanos. Porque la mejor defensa de Galicia (ya que tanto se reivindica en estos días) es CONFIAR EN LOS GALLEGOS, esto es, PERMITIRLES ELEGIR EN LIBERTAD la formación de sus hijos y la lengua en la que quieren expresarse. Y no me vengan con el nuevo mantra de que para ejercer la libertad lingüística es necesario saber los dos idiomas.¿Hacemos lo mismo con el sexo, o con las drogas, las probamos todas y luego decidimos cuál es buena o mala?¿Metemos los dedos en el enchufe para comprender la electricidad? Todo es mucho más sencillo: se trata de confiar en los ciudadanos y no sentirse por encima de éstos. Cada persona sabe bien qué es lo mejor para sí y los suyos y debe aceptar la responsabilidad de sus propias elecciones


Lo que aquí se discute, pues, es si unos pueden imponer a otros su manera de ver la vida. Para algunos, el debate se centra en la forma pero no el fondo: unos pretendían la imposición en un idioma y otros, "cuánta imposición era necesaria", si el 50%, el 33,3% o el 100%. Y yo digo NO. No a la imposición EN gallego, no a la imposición EN español, y no a la imposición EN inglés. En resumen: NO A LA IMPOSICIÓN.

Imposition? No, thanks, i´m free.