domingo, 10 de febrero de 2008

De cómplices, delincuentes y otra gentuza

La Coruña 8 de febrero de 2008, 20:00 horas. Un grupo de ciudadanos libres, pacíficos, previa solicitud a la Delegación del Gobierno, cumpliendo exquisitamente todos los trámites legales, se reúnen en el Obelisco coruñés para defender lo obvio: la LIBERTAD de poder elegir la lengua en la que quieren que sus hijos aprendan conocimientos básicos para su desarrollo. No se manifiestan contra lengua alguna, sino contra una legislación aberrante que impide a los padres la libre elección de la lengua vehicular de sus hijos. Sentido común. Pásense por la web de la convocante del acto, la Mesa por la Libertad Lingüística, www.libertadlinguistica.com y revisen sus principios. Infórmense, no lean periódicos ni opinión, infórmense.
Pues bien, en ese contexto, aparecen en la convocatoria legal un grupo de unas cien personas, sin autorización, es más, con pintas de no pedir permiso a nadie para nada, luciendo distintivos y lemas independentistas, gritando consignas naZis contra los ciudadanos que legal y pacíficamente estaban concentrados, identificando despectivamente a éstos como "fascistas", "españoles" y demás lindezas.
Es de reseñar que, sin previa solicitud, ya se habían personado en el lugar numerosos efectivos policiales, lo que nos indica que "alguien de arriba" ya sabía que los radicales independentistas harían acto de presencia en el lugar.
Puestos en situación, conviene recordar ahora ciertos aspectos siniestros de tal desarrollo de hechos:

1.- La Mesa por la Libertad Lingüística, organización convocante cumplió escrupulosamente todos los requisitos establecidos en la Ley Orgánica reguladora del Derecho de Reunión, derecho consagrado en nuestra Constitución española como derecho fundamental de especial protección.
2.- En esa convocatoria no se solicitó presencia policial, a pesar de lo cual, alguien de la autoridad gubernativa envió efectivos policiales antidisturbios al lugar, lo que indica la sospecha o evidencia de esta autoridad de que grupos organizados radicales iban a reventar un acto legal.
3.- A pesar de su presencia, en ningún momento los policías procedieron a disolver la concentración ilegal, limitándose a mantenerse en el medio de ambas, en una equidistancia entre delincuentes y ciudadanos que respetan las leyes, impropia del uniforme que visten.
4.-Una vez iniciado el acto por la MLL, los radicales impidieron de hecho el desarrollo del acto, gritando graves insultos, vociferando sin parar e impidiendo, por tanto el ejercicio de un legítimo y fundamental derecho recogido por la Constitución.
5.-La actuación policial, es decir, la dirección política de la policía, es decir, el Delegado del Gobierno, el señor Ameijeiras, en clara dejación de funciones, sino negligencia y prevaricación, no intervino para defender los derecho fundamentales de los convocantes legales, ni tan siquiera separó a los dos grupos, los delincuentes y los ciudadanos respetuosos con la ley, inculcando así gravemente lo dispuesto en el artículo Tercero, punto segundo, de la Ley Orgánica reguladora del Derecho de Reunión, que expresamente dice: "2. La autoridad gubernativa protegerá las reuniones y manifestaciones frente a quienes trataren de impedir, perturbar o menoscabar el lícito ejercicio de este derecho."
6.- La lógica consecuencia de todo lo anterior, fue la imposibilidad del acto organizado por la MLL, y, lo más grave, y directamente relacionado y causado por la negligente actuación del Delegado del Gobierno, la AGRESIÓN BRUTAL de radicales independentistas al joven Secretario General de Nuevas Generaciones del Partido Popular en La Coruña, a quien agredieron mientras se disolvían la concentraciones, y en presencia policial.
7.- Pero con diferencia, la más ignominiosa actuación fué la de la prensa local, al servicio del gobierno naZionalsoZialista de Galicia, que, a pesar de estar algunos en el acto, informaron tendenciosamente a los ciudadanos en sus periódicos: La Opinión de A Coruña, El Ideal Gallego, y por omisión, La Voz de Galicia (que dió una cobertura ridícula, como siempre hace con quienes no siguen los dictados del poder). Informaciones sesgadas, volcadas en apoyar y dar una imagen de víctimas de los AGRESORES NAZIS, lo que nos sitúa en la triste realidad gallega: todos remando a favor de un naZionalismo identitario y obviando y vilipendiando a aquellos ciudadanos que, lejos de someterse cobardemente como los medios de comunicación citados, luchan cada día, arriesgando su integridad física, porque en Galicia siga prendiendo la llama de la LIBERTAD.

Tomemos nota y actuemos en consecuencia. Saludos liberales.

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