domingo, 10 de enero de 2010

Nosotros, los extremistas







Uno ya no se escandaliza de casi nada en política. Pero algunos tenemos todavía sentido del honor, amor propio, y querencia a la verdad. Los que hemos estado durante los años del bipartito nacional/socialista en las calles reclamando Libertad y plantando cara al nacionalismo en todos los foros. Los que hemos arriesgado nuestro tiempo, trabajo y tranquilidad en defender principios, en defender la elección por parte de los padres de la lengua en la que se educan sus hijos. Los que hemos defendido el derecho de educar a sus hijos en español en España. Nosotros, digo, somos ahora, a juicio de la Xunta de Galicia, de su presidente y de su consejero de educación, peligrosos "extremistas", gente equiparable a quienes pretenden la imposición como regla, la normalización de los "anormales".

Ahora resulta que el nuevo decreto del gallego es el "justo equilibrio" entre posiciones "radicales" o "extremistas", ya que unos dicen "una cosa (IMPOSICIÓN) y otros la contraria (LIBERTAD)".

Pues bien, vaya por delante que yo, que milito en el Partido Popular de España en Galicia, no concibo una equidistancia entre IMPOSICIÓN Y LIBERTAD, o entre víctimas y verdugos. Yo estoy RADICALMENTE con la Libertad. De la misma manera que estoy RADICALMENTE en contra de la violencia, o radicalmente en contra de la mentira. No hay términos medios en la defensa de principios democráticos fundamentales. Es más, la equidistancia entre imposición y libertad no es más que otra forma camuflada de imposición.

Me pregunto si los que defendemos la libertad somos equiparables a quienes agredieron al secretario de nuevas generaciones en La Coruña en la manifestación de la Mesa por la Libertad Lingüística en el obelisco herculino. Me pregunto si somos equiparables al energúmeno que agredió a una persona salvajemente en la manifestación de Galicia Bilingüe, como se ve en las fotos. Y hablando de Galicia Bilingüe:

- Me pregunto si los CIEN MIL GALLEGOS que firmaron el manifiesto de GB (o su germen la brillante iniciativa "Tan gallego como el gallego") son también "extremistas radicales".
- Me pregunto si, dado que GB no ha variado su postura, los políticos que nos acompañaron en la manifestación de Santiago son tambièn peligrosos "radicales y extremistas". O bien NOS MINTIERON ese día, y nos consideraban una panda de radicales españolistas a utilizar, o bien nos han dejado ahora tirados para contentar a los amigos de quienes nos insultaban. En cualquier caso, que lo aclaren, porque yo, que milito en el PP, apoyé la causa ANTES y la apoyaré AHORA.
- Me pregunto si defender que la enseñanza del gallego la decidan LOS GALLEGOS es ser radical y extremista.

Pero como dicen que una imagen vale más que mil palabras, lanzo desde aquí una pregunta al Presidente de la Xunta de Galicia: ¿quienes son los extremistas? Miren las fotos:

¿Son extremistas quienes apoyaron a GB públicamente?¿Son extremistas: Carlos Negreira, Presidente Provincial del PP de La Coruña, Alfonso Rueda, Secretario General del Partido Popular de Galicia, Ana Pastor (exministra del gobierno de España)? Si no lo son, ¿qué pintaban en la cabecera de la manifestación de GB en Santiago?¿Siguen apoyando a GB?¿Quién ha cambiado de opinión?¿Somos extremistas radicales los militantes del PP que arropamos a GB?

¿Hay equidistancia posible entre agresores y víctimas? ¿Se dan cuenta en la Xunta de lo que han arriesgado esos padres saliendo a las calles frente a esta turba de criminales fascistas?¿Con qué moneda se les ha pagado a esos padres, a esas personas que, hartas de imposición, salieron a la calle en defensa de la libertad DE SUS HIJOS?

Algunos exigimos RESPETO. Respeto por quienes defendemos, simplemente, la Libertad de educar a nuestros hijos en nuestra lengua, en la que hablamos con ellos, en la que jugamos con ellos, en la que ellos piensan, en la que sueñan, en la que mejor comprenden. Sea ésta la que sea de entre las oficiales. Y en mi caso, y lo digo públicamente, defiendo y defenderé SIEMPRE el DERECHO a educar, en ESPAÑA, a mis futuros hijos en ESPAÑOL, lo que no implica que no aprendan gallego. Pero lo que tampoco implica que tengan que aprender matemáticas EN gallego.

Si lo que quieren es justificar las promesas incumplidas, están en su derecho. Pero por favor, QUE NO NOS UTILICEN para ello. Algunos seguiremos estando donde siempre hemos estado: en la defensa de la Libertad. El que cambie de opinión, que asuma su responsabilidad. A fin de cuentas, de eso se trata, de que cada uno asuma las consecuencias de sus actos. Pero no nos pongan etiquetas. Las promesas se cumplen o no se cumplen. No echen la culpa a quienes, de corazón, se las creyeron.

Salud y Libertad

2 comentarios:

José Mª Martín López-Suevos dijo...

Buen artículo Fran, un abrazo, José Mª Martín

Sol dijo...

Felicidades Fran, un artículo excelente. Marisol Santos.