jueves, 24 de marzo de 2011

La carcajada del Faisán

Ha vuelto. Tras unos días de descanso, dizque por enfermedad, el rasputín Rubalcaba regresó al Parlamento para hacer lo de siempre: escurrir el bulto, y esquivar las ráfagas que disparan desde la bancada de la oposición. Ni un mal gesto, ni una sola explicación, ni una sola muestra de respeto hacia la cámara de representación de la soberanía nacional. Pero esta vez ha ido un paso más allá: se ha permitido tomar a chirigota las preguntas de la oposición sobre un asunto tan grave como el "caso Faisán", el chivatazo a la ETA, desde el Ministerio del Interior, avisando a los etarras de una operación policial contra su red de extorsión.

Poco le importa al eterno vicepresidente el hecho de que, desde su Ministerio, alguien se "chivara" a la ETA, esa banda de asesinos de españoles. Poco le importa que ese chivatazo permitiera a ETA seguir recaudando dinero para armarse y matar españoles. Poco le importa que la imagen de la Policía se haya visto quebrada por el episodio más nauseabundo de su historia.

Claro que poco le importó hace siete años manipular a favor del PSOE el mayor atentado de la historia de España, afirmando que "el mejor homenaje a las víctimas" del 11M era investigar hasta el final la masacre...para, llegado al gobierno, afanarse en que no se sepa la verdad de aquella matanza. Ya se sabe: España no se merece un gobierno que nos mienta...salvo que sea socialista.

El hombre que carece de escrúpulos ha vuelto. Lo mismo ejerce de portavoz de un gobierno que montó un grupo terrorista para, supuestamente, acabar con ETA (al final ETA siguió donde estaba mientras algunos se llenaron vergonzosamente los bolsillos con los fondos reservados), que justifica un "proceso de paz", o sea de negociación, con los asesinos etarras.

Con todo, lo más preocupante del personaje, amén de él mismo, son sus palmeros. Escuchar a la tercera autoridad del Estado, al Presidente del Congreso, decir que le costó contenerse y no estallar en carcajadas tras la última gracieta parlamentaria de Rubalcaba sobre el caso Faisán, es un claro síntoma de la clase política que padecemos. Y es un claro síntoma de lo que le duelen a este PSOE las víctimas del terrorismo etarra.

España se merece un Ministro del Interior que no se ría mientras le preguntan porqué, desde su ministerio, se avisó a la ETA para que no fueran detenidos los encargados de su sistema de financiación. Para que ETA, en definitiva, pudiera seguir recaudando el dinero necesario para continuar masacrando españoles.

Dicen de Rubalcaba que es inteligente, a pesar de que su gestión ha resultado ser un fracaso allá por donde ha pasado. Dicen que es es un gran estratega, a pesar de ser una máquina de perder congresos internos en el PSOE. Dicen que es un político con sentido de Estado, a pesar de haber sido el portavoz del GAL. Dicen que por todo lo anterior, puede llegar a ser Presidente de España. Esperemos que no llegue ese día.

No quisiera tener que escribir en el futuro que España tiene un presidente del Gobierno que se permite hacer chistes y gracietas sobre la tumba de más de mil españoles.

Salud y Libertad