miércoles, 25 de febrero de 2009

Una de romanos

¡Resulta que nos ha salido rana el Espartaco! Después de tanto heroísmo, de tanto "¡Eu son Anxo Quintana!", nuestro héroe, dizque suevo, (tiene delito que precisamente los nacionalistas gallegos renieguen de la romanización a la que Galicia debe, además del nombre, las dos lenguas que hablan hoy en día los gallegos) se nos ha travestido en hortera marbellí, y al más puro estilo Don Johnson posa en un lujoso yate, propiedad de su patrón (el barco, al menos).

Muy propio de la izquierda, y de los nacionalistas: lo mismo reniegan del capitalismo que matriculan a sus hijos en colegios privados y carísimos; lo mismo reniegan de España que toman el solete bajo la sombra de una gran bandera nacional, con corona y todo, oigan. Al final va a resultar que nuestro Espartaco tiene más de romano que de celta...y es que así, oigan, navegando en yates de lujo...eu tamén son Anxo Quintana...la pena es, digo yo, que a los pobres ancianitos engañados en su viaje a Portugal, no los hubiese "embarcado" (esta vez, literalmente) Quin en el yate de su amigo. Imagino que al sol se pasa mejor un mítin del BNG, tumbaditos en la cubierta del Xarey...y leyendo el Xornal. Es lo suyo.

Pero hete aquí que tampoco le va a la zaga Mr. Touriño, que se permite el lujo, uno más, de enmendarle la plana a Quintana. Lo de éste tampoco tiene nombre. Quin engaña a los mayores, pero es que Touriño nos quiere engañar a todos. ¿Con quién ha gobernado Touriño?¿Es Touriño, (O presidente), el que manda en la Xunta? ¿No se ha enterado este buen hombre de las adjudicaciones del tema eólico? Nada de extrañar si tenemos en cuenta que el señor Touriño ha descubierto ahora que no le gusta la imposición lingüística. ¿Se puede tener más caradura? ¿De qué partido es la Consellería de Educación? Esta esquizofrenia política que padecen los señores del bipartito tendría su gracia sino fuera porque a diario se van al paro cientos de gallegos y existen miles de personas hartas de la imposición a sus hijos y hartos del lujo asiático, y ahora casposo marbellí, de los socios del bipartito.

Pero estamos en elecciones y todo vale. Vale hablar como si no hubieran estado juntitos suevos y vándalos en la Xunta los últimos cuatro años. Vale hablar como si la imposición lingüística fuera algo ajeno al gobierno que la ha ejercido...en fin, que esperemos que el pueblo gallego sepa encontrar su poción mágica el próximo día 1 de marzo. Esa poción que nos dé a los gallegos la fuerza necesaria para desembarazarnos de una casta política que en cuatro años ha demostrado una decadencia moral antológica y una corruptela hortera en plena crisis. Una poción que nos libere del cesarismo casposo y nos devuelva a los gallegos lo que nunca debimos perder: el sentidiño. Porque, de verdad les digo que cada vez que miro la campaña de los bipartitos sólo alcanzo a decir: ¡están locos estos romanos!

Salud y Libertad.